A nuestro amigo sin techo

Cosas del teatro…

Erase una vez un grupo de teatro que fue a representar su obra.

Al finalizar, un hombre se acercó a los actores, les felicitó y les dijo que había estado a punto de llorar, que lo que había presenciado le había llegado muy adentro; y que les daba las gracias. Entonces su voz se quebró y se marchó para que nadie viera su emoción, incluso su llanto.

Por la noche, el grupo supo algo más de ese personaje.

Que había preguntado por el precio de la entrada y que al saber que costaba 3 euros comentó que era un “sin techo” y que si había algún descuento por esa circunstancia.

El hombre entró y cuando se fue con su guitarra a la espalda no quiso que le devolvieran los 2 euros del billete de 5 que había entregado. Para él, la función merecía eso y mucho más.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Moraleja (larga, pero moraleja): Cuando quien más y quien menos trata de no pagar por ir al teatro, cuando un espectáculo parece caro aún con una cantidad simbólica inferior a cualquier copa, un sin techo…

¡Perdón! No seguimos escribiendo para que, como a él, no se nos note la emoción.

Posdata: Amigo, gracias y un abrazo grande, muy grande.

Aclaración: El cuento, como tantos cuentos, no es un cuento.

Lo contamos porque sucedió el miércoles 28 de octubre pasado en el Círculo del Arte de Toledo (antigua iglesia de San Miguel) cuando fuimos a contar el cuento titulado El veneno del teatro.

 

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