¿Cómo comenzar a contar esta historia? No sabemos bien… es larga… o corta… Como una novela…, o un cuento.
Érase una vez…
9 de marzo. V Muestra de Teatro de Leganés. “El señor Ibrahim y las flores del Corán”.
9 de la tarde. Éxito rotundo: el público aplaudió en ocho momentos de la función, incluso -lo que no nos había ocurrido nunca- en medio de nuestra ya célebre escena del “baile derviche”. Final: público en pie emocionado y entusiasmado.
Como es nuestra costumbre, despedimos al respetable a la salida…, desmontamos la escenografía, cargamos la furgoneta, descargamos la escenografía y cargamos la del otro montaje: como los antiguos cómicos de la legua… más o menos.
Dieron las 12… de la noche…
Y la 1… y las 2 (según donde estén nuestras casas) … y las 3…
y las 4 (a levantarse) …
Y nos dieron las 5, Sabina: ¡cómo te recordamos, aunque lo nuestro no era una juerga!, carretera y manta, hacia Zaragoza.
Y las 6, y las 7, las 8 y …
las 9…,
X Certamen Nacional de Teatro del Centro Cívico Universidad de Zaragoza: Desayuno, descarga, montaje de escenografía y de luces (gran técnico, Alfredo), ensayo a la italiana contra reloj …
y las 10, y las 11, y las 12…
… entrada del público…
Sorprendente alarde de fidelidad: en una matinal de teatro, la sala se llena como si fuera una representación en hora habitual. ¡Hay afición teatral en Zaragoza!
Dos montajes distintos, los mismos actores, en menos de 17 horas con más de 300 kilómetros en medio. Así es la vida de los cómicos…, muchos días, nada; algunos pocos días, mucho.
Se abre el telón (no siempre podemos utilizarlo).
Ponemos humo (alguna vez no nos lo permiten vaya usted a saber por qué).
Y las dos mayores satisfacciones: el silencio -impresionante, absoluto, sin una tos, solo roto por los aplausos a cada oscuro como una liberación ante lo que estaban presenciando- y la ovación final de cinco minutos con todo el público en pie desde antes de encender las luces para el saludo y dedicatoria final. Nos encontramos aún mucho más satisfechos y emocionados porque no tenemos ningún amigo entre el público.
Los actores en la puerta -característica del grupo- despiden y agradecen a los espectadores la asistencia y el respeto y la acogida a su trabajo. Felicitaciones. Éxito grande. Sin trampa ni cartón.
A desmontar y cargar el coche… Los del siguiente grupo, Paraskenia Teatro de Talavera de la Reina, llegan -otros empalizados- para montar su gran, grande, estupendo decorado; gracias, amigos.
No es necesario desmaquillarse -otra característica barraconera- porque no lo utilizamos ni de fondo desde hace varios montajes: la caracterización la buscamos con el cuerpo, con la voz, con el ritmo. ¿Unas canas y unas rallas pintadas dan más verdad a los personajes? Hemos apostado por no utilizar maquillaje alguno; sólo buscamos la credibilidad en escena: la interpretación al desnudo (anécdota: una señora nos dice que el desnudo era lo único que a ella le sobraba, aunque su amiga opina lo contrario).
Almuerzo.
5 de la tarde (¡otra vez las horas!): “Maison close”, excelente creación colectiva de Paraskenia Teatro.
Las 7. Jaime Ocaña, excepcional cómico entretiene -justo lo que debe hacer un buen “entertainer”- con una actuación divertida y medida hasta que el jurado termina de deliberar.
Las 8. ¡Tachín, tachán! La entrega de premios.
El actor, el humorista, el cantante, el entertainer, Ocaña, se convierte en maestro de la ceremonia.
Conceden 6 premios.
Especial del Jurado: Kukumix Teatro, de Navarra, por “Escénicas”.
Mejor actriz: Prado Amor por “Maison close” (impresionante interpretación).
Los otros 4 premios son para nuestro grupo. No hay más galardones.
Mejor Actor: Alejandro García López y Carlos Manrique Sastre, ex aequo. Emoción grande.
Premio del Público y Premio a la Mejor Obra: El Barracón por “La piedra oscura” de Alberto Conejero.
Un sueño hecho realidad.
Los tres intérpretes agradecemos los premios.
Lo habitual no es sencillo, aunque parezca que lo es.
Luchamos porque las cosas se ganen con esfuerzo y trabajo, no con suerte.
El esfuerzo no ha sido en vano, al menos esta vez.
Explicamos que El Barracón, es una compañía de teatro de la Universidad Complutense de Madrid que tiene como referencia a La Barraca de Federico García Lorca al que Alberto Conejero rinde homenaje con su obra; y que representar, precisamente, en el Distrito Universidad de Zaragoza nos produce mayor satisfacción.
Y surge un hecho para la historia, modesta, humilde y, al mismo tiempo, orgullosa, de El Barracón y, posiblemente, para la del Certamen.
Los tres actores que están en el escenario han sido premiados como mejores intérpretes en ese mismo certamen: en 2011, César, por “El beso de la mujer araña”, 2017, Alejandro, por “El señor Ibrahim y las flores del Corán” y en 2019, Carlos y Alejandro, de nuevo, por “La piedra oscura”.
Recitamos un poema en homenaje al Teatro: es el fin de fiesta.
Felicitaciones del público.
Disfrutemos. Llegarán días menos felices, aunque más descansados.
11 de la noche. Otra vez, carretera y manta. Regreso a Madrid.
4 de la madrugada del lunes 18: descargamos los trastos.
Y nos dieron las 5… Intentamos dormir.
Las 8. Hay que levantarse para trabajar o estudiar.
Es el sino de los cómicos.
Leganés nos espera.
Pero esa es… otra historia.
¡Gracias, Zaragoza!
¡Viva el Teatro!
V MUESTRA DE TEATRO DE LEGANÉS