El sonoro silencio del Teatro
Los que formamos parte de El Barracón sabemos que el aplauso final no es lo más importante sino el silencio. El silencio de cuantos asisten a una representación y que los intérpretes perciben como señal inequívoca de que la función está siendo seguida con interés; por supuesto, en aquellas en las que no se necesitan reacciones, como una risa, ante una determinada situación.
Silencios que no se rompen ni con una tos de resfriado ni con el paso de un vehículo por las cercanías de la sala. Silencios sonoros, clamorosos, emocionantes.
Esos silencios acompañaron las representaciones en Torres de Cotillas y Villamuriel de Cerrato. Silencios impresionantes. Silencios deseados y no al alcance de todos… ni siempre.
Dos pueblos que aman al teatro, con dos certámenes ya veteranos, que dieron muestra de respeto, de saber paladear un espectáculo, de contagiar su emoción a los propios actores. Inolvidables funciones. Inolvidables lugares.
Sigamos escuchando el silencio, el sonido del silencio.
El sonoro silencio del Teatro.
El silencio- presencia es es la apertura que hace ver todo de un modo nuevo, es una capacidad de atención por todo y de aceptacion por todo. Este silencio que atenaza el alma y abre tus ojos a un mundo nuevo que va a desarrollarse delante de tí.
Es el Respeto al artista, porque es el artista el que obra esta catarsis en el espectador, es el artista el que logra ese silencio, el que hace sufrir, el que te hace apiadarse o emocionarse a un público entregado.
Y tengo que decir que es la grandeza de nuestra gente la que hace que aquí, en Las Torres de Cotillas, el Teatro se escriba con Mayúsculas.
Gracias a todos los que amais este arte.